La física cuántica representa uno de los campos científicos más revolucionarios y, a la vez, más incomprendidos por el público general. Esta complejidad, sumada a su naturaleza aparentemente «mágica», ha convertido a la mecánica cuántica en un terreno fértil para el desarrollo de teorías conspirativas que entrelazan conceptos científicos reales con interpretaciones distorsionadas y especulaciones sin fundamento.
En este extenso análisis, me propongo explorar el fascinante mundo de las conspiraciones cuánticas, esas narrativas que sugieren que gobiernos, organizaciones secretas o entidades extraterrestres utilizan tecnología basada en física cuántica para fines nefastos como el control mental, la manipulación de la realidad o incluso la creación de portales interdimensionales.
Como investigador en el campo de los fenómenos paranormales y las teorías conspirativas, mi objetivo no es alimentar estas creencias, sino examinarlas criticamente, contrastarlas con el conocimiento científico actual y determinar dónde se encuentra la línea entre la especulación razonable, la interpretación errónea y la desinformación deliberada.
A lo largo de este documento, examinaremos cómo la física cuántica —con sus principios de superposición, entrelazamiento y observación— ha sido reinterpretada y tergiversada para respaldar narrativas conspiranoicas que sugieren que vivimos en una matrix controlada o que existen tecnologías cuánticas secretas capaces de alterar la consciencia humana.

Orígenes históricos de las conspiraciones cuánticas
Las teorías conspirativas relacionadas con la física cuántica no surgieron de la nada. Para comprender su génesis, debemos remontarnos a los inicios del siglo XX, cuando científicos como Max Planck, Albert Einstein, Niels Bohr y Werner Heisenberg comenzaron a develar los misterios del mundo subatómico.
El contexto histórico del desarrollo cuántico
La física cuántica nació en un período de profunda transformación social y científica. El mundo atravesaba guerras mundiales, revoluciones tecnológicas y cambios paradigmáticos en la comprensión del universo. Este contexto turbulento proporcionó el caldo de cultivo perfecto para que, décadas después, surgieran interpretaciones alternativas sobre los verdaderos propósitos de estas investigaciones.
«La física cuántica es tan impactante y contra-intuitiva que incluso los científicos más brillantes han tenido dificultades para reconciliarla con nuestra experiencia cotidiana del mundo. Esta ‘extrañeza cuántica’ es precisamente lo que ha permitido que florezcan las teorías conspirativas.»
Proyecto Manhattan: el primer vínculo conspirativo
El Proyecto Manhattan, que llevó al desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, representa quizás el primer gran hito donde la física cuántica se asoció con proyectos gubernamentales secretos y armas de destrucción masiva. Este proyecto estableció un precedente histórico: la ciencia cuántica podía tener aplicaciones militares devastadoras y ser desarrollada bajo estricto secreto.
A partir de ese momento, no resultaba tan descabellado para muchos pensar que otros proyectos cuánticos secretos pudieran estar en desarrollo. El hecho de que el público general no comprendiera los principios fundamentales de la física cuántica solo aumentaba la sensación de misterio y la posibilidad de usos ocultos.
La Guerra Fría y la paranoia cuántica
Durante la Guerra Fría, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética invirtieron enormes recursos en investigación científica avanzada. Los rumores sobre experimentos de control mental, viajes en el tiempo y tecnologías exóticas basadas en principios cuánticos comenzaron a circular entre los teóricos de la conspiración.
Programas como el MKULTRA (documentado y confirmado proyecto de la CIA sobre control mental) proporcionaron evidencia tangible de que los gobiernos estaban dispuestos a explorar caminos éticamente cuestionables en su búsqueda de ventajas tecnológicas y militares. Aunque MKULTRA no estaba directamente relacionado con la física cuántica, sembró las semillas de la desconfianza hacia los proyectos científicos gubernamentales.

Fundamentos básicos de la física cuántica
Antes de adentrarnos en las teorías conspirativas, es fundamental establecer un entendimiento básico de los principios reales de la física cuántica. Solo así podremos distinguir entre la ciencia legítima y las interpretaciones distorsionadas.
¿Qué es realmente la física cuántica?
La mecánica cuántica es una rama de la física que estudia el comportamiento de la materia y la energía a escalas extremadamente pequeñas (subatómicas). A diferencia de la física clásica o newtoniana que explica satisfactoriamente el mundo macroscópico, la física cuántica revela que a nivel subatómico las partículas se comportan de maneras que desafían nuestra intuición cotidiana.
Principios fundamentales (y frecuentemente malinterpretados)
1. Principio de superposición
En mecánica cuántica, las partículas pueden existir en múltiples estados al mismo tiempo hasta que son observadas o medidas. Este principio, conocido como superposición cuántica, ha sido frecuentemente malinterpretado como evidencia de realidades paralelas o multiversos accesibles.
2. Entrelazamiento cuántico
El entrelazamiento cuántico describe cómo dos o más partículas pueden estar conectadas de tal manera que el estado de una afecta instantáneamente al estado de la otra, independientemente de la distancia que las separe. Einstein se refirió a este fenómeno como «acción fantasmal a distancia», y ha sido interpretado erróneamente como un mecanismo para la telepatía o la comunicación instantánea.
3. El principio de incertidumbre de Heisenberg
Este principio establece que no es posible conocer simultáneamente con total precisión la posición y el momento de una partícula. Los teóricos de la conspiración a menudo interpretan esto como evidencia de que «la realidad no es real» o que podemos alterar la realidad simplemente observándola.
4. El papel del observador
Quizás uno de los aspectos más malinterpretados de la física cuántica es el papel del observador. En mecánica cuántica, el acto de observación o medición afecta al sistema cuántico, causando el colapso de la función de onda. Esto ha sido distorsionado para sugerir que la consciencia humana crea literalmente la realidad, un concepto que ha alimentado numerosas teorías conspirativas.
Principales teorías conspirativas cuánticas
Armados con una comprensión básica de los principios cuánticos, podemos ahora adentrarnos en las principales teorías conspirativas que han surgido en torno a esta disciplina científica.
1. El universo como simulación cuántica
Una de las teorías más populares sugiere que nuestro universo es en realidad una simulación computacional avanzada basada en principios cuánticos. Sus proponentes argumentan que fenómenos como la superposición cuántica y el límite de Planck (la escala más pequeña posible) son evidencia de que vivimos en una realidad programada, similar a la presentada en la película «Matrix».
Esta teoría ha ganado cierta legitimidad al ser discutida por físicos respetables como Nick Bostrom de la Universidad de Oxford, aunque él la presenta como una posibilidad filosófica más que como una conspiración.
2. Control mental cuántico
Otra teoría ampliamente difundida sostiene que gobiernos o entidades secretas utilizan tecnología cuántica para controlar las mentes de la población. Según esta narrativa, los principios del entrelazamiento cuántico permitirían a estos grupos influir directamente sobre los procesos neuronales, implantando pensamientos o monitorizando la actividad cerebral a distancia.
Los defensores de esta teoría a menudo citan proyectos como HAARP (High-frequency Active Auroral Research Program) como supuestas fachadas para experimentos de control mental basados en tecnología cuántica avanzada.
3. Viajes en el tiempo cuánticos
Las ecuaciones de la mecánica cuántica no prohíben explícitamente los viajes en el tiempo, lo que ha dado origen a teorías que sugieren que agencias gubernamentales han desarrollado tecnología para enviar información o incluso personas a través del tiempo.
El supuesto proyecto «Montauk» y el legendario «Experimento Filadelfia» son frecuentemente citados como ejemplos de programas secretos de viajes en el tiempo basados en principios cuánticos. Según estas narrativas, estos experimentos habrían sido encubiertos debido a sus devastadoras consecuencias y al potencial para alterar la línea temporal.
4. Sanación cuántica y consciencia expandida
En el ámbito de la medicina alternativa y la espiritualidad New Age, han surgido teorías que sugieren que los principios cuánticos pueden explicar fenómenos como la sanación a distancia, la telepatía y la consciencia expandida.
Estas teorías proponen que las élites ocultan deliberadamente este conocimiento para mantener a la población enferma y dependiente de la medicina convencional, mientras ellos se benefician de técnicas avanzadas de sanación y longevidad basadas en principios cuánticos.
El CERN y el colisionador: ¿portal dimensional?
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN en Suiza ha sido objeto de algunas de las teorías conspirativas más elaboradas relacionadas con la física cuántica. Esta gigantesca instalación científica, diseñada para acelerar partículas a velocidades cercanas a la luz y hacerlas colisionar, ha despertado temores y especulaciones sobre sus verdaderos propósitos.
La estatua de Shiva y las conexiones simbólicas
Uno de los elementos que más alimenta las teorías conspirativas es la presencia de una estatua de Shiva Nataraja (el dios hindú de la destrucción y renovación) en la entrada del CERN. Para los teóricos de la conspiración, este símbolo evidencia las intenciones ocultas de la organización: destruir nuestra realidad para crear una nueva.
La coincidencia de que el logo del CERN se asemeje a tres seises entrelazados (666) ha sido interpretada como otra «pista» de sus supuestas conexiones con fuerzas oscuras o demoníacas.
Teorías sobre portales dimensionales
La teoría conspirativa más extendida sobre el CERN sugiere que el verdadero propósito del LHC es abrir portales a otras dimensiones o universos paralelos. Según esta narrativa, los experimentos con el bosón de Higgs (popularmente conocido como «la partícula de Dios») serían en realidad intentos de rasgar el tejido del espacio-tiempo.
Algunos teóricos de la conspiración incluso han relacionado fenómenos meteorológicos inusuales o avistamientos de objetos no identificados en el cielo con supuestas aperturas temporales de estos portales durante los experimentos del CERN.
El caso del supuesto «sacrificio ritual»
En 2016, un video grabado en los terrenos del CERN mostró lo que parecía ser un falso ritual de sacrificio realizado como una broma por algunos empleados. Aunque el CERN condenó el incidente y tomó medidas disciplinarias, este evento fue visto por los teóricos de la conspiración como una «filtración» que confirmaba sus sospechas sobre actividades ocultas en la organización.
La realidad científica del CERN
La verdad, mucho menos sensacionalista, es que el CERN es una organización científica internacional dedicada a la investigación fundamental en física de partículas. Sus experimentos buscan responder preguntas básicas sobre la estructura de la materia y las fuerzas fundamentales que gobiernan el universo.
Los físicos del CERN han explicado repetidamente que el LHC no tiene la energía suficiente para crear agujeros negros peligrosos o portales dimensionales. Las colisiones que se producen en el acelerador ocurren constantemente en la naturaleza cuando rayos cósmicos de alta energía chocan contra la atmósfera terrestre, sin consecuencias catastróficas.
«La energía total de las colisiones en el LHC es comparable a la de dos mosquitos chocando entre sí. La diferencia es que esa energía está concentrada en un espacio increíblemente pequeño, permitiéndonos estudiar las partículas fundamentales.» — Dr. John Ellis, físico teórico del CERN

Consciencia cuántica y control mental
La intersección entre la física cuántica y la consciencia humana ha generado algunas de las teorías conspirativas más persistentes y fascinantes. Estas narrativas generalmente parten de interpretaciones erróneas del papel del observador en la mecánica cuántica.
El mito de «creamos nuestra realidad»
Una interpretación popular pero incorrecta de la física cuántica sugiere que, dado que la observación afecta a los sistemas cuánticos (como en el famoso experimento de la doble rendija), entonces la consciencia humana literalmente crea la realidad. Esta interpretación ha dado lugar a teorías conspirativas que sostienen que ciertos grupos de poder manipulan la consciencia colectiva para controlar la realidad física.
La verdad científica es más matizada: en mecánica cuántica, «observación» no significa necesariamente consciencia humana, sino cualquier interacción que provoque el colapso de la función de onda, como la medición por un instrumento.
Supuestas tecnologías de control mental cuántico
Numerosas teorías conspirativas sostienen que gobiernos o sociedades secretas han desarrollado tecnologías basadas en principios cuánticos para controlar la mente humana. Estas teorías a menudo citan documentos desclasificados sobre experimentos de control mental como MKULTRA, extrapolándolos a un supuesto nivel cuántico más avanzado y secreto.
Entre las tecnologías de «control mental cuántico» que se mencionan frecuentemente están:
- Ondas escalares cuánticas: Supuestamente capaces de alterar los patrones neuronales a distancia.
- Entrelazamiento neuro-cuántico: Teóricamente permitiría vincular mentes humanas con supercomputadoras cuánticas.
- Implantes nanocuánticos: Dispositivos microscópicos que supuestamente serían administrados a la población a través de vacunas o alimentos.
La realidad de la neurociencia cuántica
Aunque existe un campo legítimo llamado neurociencia cuántica, que explora posibles efectos cuánticos en procesos neuronales, está muy lejos de las capacidades de control mental descritas en las teorías conspirativas.
Los investigadores serios en este campo estudian cómo ciertos procesos a nivel molecular en el cerebro podrían estar influenciados por efectos cuánticos, pero no hay evidencia científica de que estos efectos puedan ser manipulados externamente para controlar pensamientos o comportamientos.
El efecto Mandela y las realidades paralelas
El Efecto Mandela —el fenómeno donde grandes grupos de personas recuerdan incorrectamente el mismo evento o detalle— ha sido vinculado por los teóricos de la conspiración con supuestos saltos entre universos paralelos explicados por la física cuántica.
¿Qué es realmente el Efecto Mandela?
El término fue acuñado cuando miles de personas recordaban erroneamente que Nelson Mandela había muerto en prisión en los años 80, cuando en realidad falleció en 2013. Otros ejemplos incluyen el recuerdo del personaje Monopoly con monóculo (nunca lo tuvo) o la frase de Star Wars «Luke, yo soy tu padre» (cuando la línea real es «No, yo soy tu padre»).
Los psicólogos cognitivos explican estos falsos recuerdos colectivos como el resultado de procesos psicológicos normales como la confabulación, memoria reconstructiva y sugestionabilidad social. Sin embargo, los teóricos de la conspiración han elaborado explicaciones mucho más exóticas.
La teoría de los universos paralelos cuánticos
Según la teoría conspirativa, el Efecto Mandela sería evidencia de que nuestras consciencias están «saltando» entre realidades paralelas ligeramente diferentes, o que el CERN u otras organizaciones están manipulando la línea temporal, causando pequeñas discrepancias en los recuerdos colectivos.
Estas teorías suelen basarse en interpretaciones simplificadas de conceptos científicos legítimos como:
- La interpretación de muchos mundos de la mecánica cuántica (propuesta por Hugh Everett III).
- La teoría de los multiversos en cosmología.
- Experimentos cuánticos como el de la goma cuántica que parecen alterar eventos pasados.
CERN y el supuesto colapso de líneas temporales
Una narrativa particularmente popular sostiene que los experimentos del CERN con el LHC en 2012 causaron un «deslizamiento» entre realidades paralelas, provocando los efectos Mandela que muchas personas comenzaron a notar después de esa fecha.
Algunos teóricos de la conspiración incluso afirman que nuestro universo original fue destruido y ahora vivimos en una «realidad alternativa» ligeramente diferente, señalando supuestos cambios en logotipos de marcas, detalles geográficos o eventos históricos como «prueba».
Explicación científica vs. narrativa conspirativa
La ciencia actual no apoya la idea de que sea posible el desplazamiento entre universos paralelos, y mucho menos que el CERN tenga la capacidad de provocar tales desplazamientos. La explicación más parsimoniosa para el Efecto Mandela sigue siendo la fallibilidad de la memoria humana y los procesos psicológicos de confabulación.

Desmentido científico de las teorías
A pesar de su popularidad en ciertos círculos, las teorías conspirativas cuánticas carecen de respaldo científico sólido. Examinemos por qué muchas de estas ideas no se sostienen ante el escrutinio científico.
Limitaciones prácticas de la física cuántica
Una de las principales razones por las que muchas conspiraciones cuánticas son implausibles es la barrera de la decoherencia cuántica. Los efectos cuánticos como la superposición y el entrelazamiento son extremadamente frágiles y difíciles de mantener incluso en condiciones de laboratorio controladas.
La decoherencia cuántica —la tendencia de los sistemas cuánticos a interactuar con su entorno y perder sus propiedades cuánticas— hace prácticamente imposible mantener efectos cuánticos a escala macroscópica o en sistemas complejos como el cerebro humano.
El problema de escala
Otro problema fundamental es la cuestión de escala. Los efectos cuánticos son significativos a nivel subatómico, pero se vuelven imperceptibles a nivel macroscópico. Esto hace que aplicaciones como el «control mental cuántico» sean extremadamente improbables desde un punto de vista físico.
Como explicó el físico Brian Cox:
«Los sistemas biológicos son demasiado ‘calientes y ruidosos’ para mantener la coherencia cuántica durante tiempos significativos. El cerebro, en particular, opera a una temperatura relativamente alta donde los efectos cuánticos coherentes se disipan en femtosegundos.»
La navaja de Occam aplicada a las conspiraciones cuánticas
El principio conocido como navaja de Occam sugiere que, entre varias explicaciones posibles, la más simple (la que hace menos suposiciones) suele ser la correcta. Aplicando este principio:
- Es más probable que los fallos de memoria colectivos se deban a procesos psicológicos conocidos que a saltos entre universos paralelos.
- Es más probable que los experimentos del CERN produzcan datos científicos valiosos que abran portales dimensionales.
- Es más probable que las tecnologías de vigilancia se basen en métodos convencionales que en improbable tecnología de «lecturas mentales cuánticas».
El consenso científico
El consenso científico entre físicos, neurocientíficos y otros especialistas relevantes no respalda ninguna de las principales teorías conspirativas cuánticas. Aunque la ciencia está abierta a revisión y nuevos descubrimientos, las afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias, que estas teorías no proporcionan.
Impacto sociocultural de las conspiraciones cuánticas
Más allá de su validez científica, las teorías conspirativas cuánticas tienen un impacto real en la sociedad y la cultura. Este impacto merece ser analizado desde una perspectiva sociológica y psicológica.
Atractivo psicológico de las conspiraciones cuánticas
Las teorías conspirativas cuánticas resultan particularmente atractivas por varias razones psicológicas:
- Proporcionan explicaciones simples para fenómenos complejos, reduciendo la ansiedad ante lo desconocido.
- Ofrecen una sensación de conocimiento exclusivo o «despertar» frente a las masas «dormidas».
- Combinan ciencia y misticismo, atrayendo tanto a personas con interés en la ciencia como en lo espiritual.
- Otorgan agencia y control en un mundo que a menudo parece caótico e incontrolable.
Representación en la cultura popular
Las conspiraciones cuánticas han encontrado un terreno fértil en la cultura popular, apareciendo en:
- Películas como Interstellar, Coherence o What the Bleep Do We Know!?
- Series de televisión como Stranger Things y Fringe.
- Literatura de ciencia ficción y novelas de conspiración.
- Videojuegos que exploran realidades alternativas y viajes interdimensionales.
Esta prominencia en la cultura pop refuerza y normaliza ciertas ideas conspirativas, creando un ciclo de retroalimentación donde las teorías inspirán obras de ficción, que a su vez inspiran nuevas teorías.
Consecuencias de la desinformación cuántica
La proliferación de teorías conspirativas basadas en malinterpretaciones de la física cuántica puede tener consecuencias negativas:
- Desconfianza en instituciones científicas legítimas como el CERN.
- Desvío de recursos hacia «investigaciones» pseudocientíficas.
- Resistencia a avances tecnológicos basados en principios cuánticos reales.
- Promoción de «terapias cuánticas» sin respaldo científico que pueden retrasar tratamientos médicos efectivos.
El papel de internet y las redes sociales
Internet ha acelerado exponencialmente la difusión de teorías conspirativas cuánticas. Las cámaras de eco de las redes sociales y los algoritmos que favorecen el contenido sensacionalista han creado un entorno donde estas teorías pueden propagarse rápidamente.
Sitios como YouTube, Reddit y TikTok albergan comunidades enteras dedicadas a discutir y elaborar teorías sobre control mental cuántico, el CERN, y saltos entre realidades. Estas plataformas permiten que personas con ideas similares se encuentren y refuercen mutuamente sus creencias, independientemente de su validez científica.

Conclusiones
A lo largo de este extenso análisis, hemos examinado las principales teorías conspirativas relacionadas con la física cuántica, desde el supuesto control mental hasta los portales dimensionales del CERN. También hemos contrastado estas narrativas con el conocimiento científico actual y explorado su impacto sociocultural.
Equilibrio entre escepticismo y apertura mental
Como investigador en el campo de las teorías conspirativas y fenómenos inexplicados, considero esencial mantener un equilibrio entre el escepticismo saludable y la apertura mental.
La historia de la ciencia nos muestra que ocasionalmente ideas inicialmente ridiculizadas resultan ser ciertas. Sin embargo, también nos enseña que las afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias, y que el método científico sigue siendo nuestra mejor herramienta para distinguir entre realidad y ficción.
La complejidad de la física cuántica
La física cuántica es genuinamente extraña y contra-intuitiva. Sus principios —como la superposición, el entrelazamiento y la incertidumbre— desafían nuestra comprensión cotidiana del mundo. Esta misma extrañeza la hace vulnerable a interpretaciones erróneas y elaboraciones conspirativas.
Es importante reconocer que los verdaderos misterios de la física cuántica son suficientemente fascinantes sin necesidad de invocar conspiraciones globales o poderes sobrenaturales.
El valor del pensamiento crítico
En la era de la infodemia y las fake news, el pensamiento crítico se vuelve más crucial que nunca. Animo a los lectores a:
- Verificar las fuentes de información sobre física cuántica
- Buscar el consenso científico en temas controvertidos
- Desconfiar de explicaciones demasiado simplistas para fenómenos complejos
- Mantener una mente abierta pero crítica ante nuevas teorías
Reflexión final
Las teorías conspirativas cuánticas, aunque científicamente infundadas, nos dicen algo importante sobre nosotros mismos: nuestra necesidad de encontrar sentido en un universo que a veces parece incomprensible.
La física cuántica ha revelado un cosmos más extraño, conectado y misterioso de lo que jamás imaginamos. Quizás sea esta misma extrañeza la que nos invita a especular sobre sus implicaciones más allá del laboratorio.
Como sociedad, necesitamos encontrar un camino que nos permita maravillarnos ante los genuinos misterios del universo cuántico, sin caer en interpretaciones infundadas o teorias conspirativas que, en última instancia, nos alejan de la verdadera comprensión científica.
La mecánica cuántica ya es suficientemente fascinante en su realidad: no necesita de conspiraciones para asombrarnos.
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