Nostradamus: El profeta que no predijo nada

¿Alguna vez te has preguntado cómo Nostradamus, un médico francés del siglo XVI, sigue siendo una de las figuras más enigmáticas y controvertidas de la historia? En este análisis desentrañamos el mito para descubrir la verdad sobre el hombre detrás de las profecías.

Introducción: El enigma de Nostradamus

¿Sabías que el 73% de los europeos reconoce el nombre de Nostradamus, pero menos del 5% ha leído alguna vez sus textos originales? Esta fascinante estadística revela lo arraigada que está la figura del supuesto profeta en nuestra cultura, a pesar de que pocos conocen su obra de primera mano.

Cinco siglos después de su muerte, Michel de Nostredame (1503-1566), más conocido como Nostradamus, sigue siendo un personaje que despierta pasiones encontradas. Para algunos, fue un vidente extraordinario capaz de predecir acontecimientos tan dispares como la llegada de Hitler, el incendio de Londres, los atentados del 11-S o incluso la pandemia de COVID-19. Para otros, no fue más que un astrólogo y médico que escribió versos crípticos y ambiguos que, con la interpretación adecuada, pueden ajustarse a casi cualquier evento histórico.

En este artículo nos adentraremos en el universo de Nostradamus con una perspectiva crítica y científica. No se trata de ridiculizar a quienes creen en sus profecías, sino de analizar objetivamente los textos, métodos y circunstancias históricas que han convertido a un médico renacentista en uno de los «profetas» más famosos de la historia.

Vamos a examinar la distancia entre el Nostradamus histórico y el mito creado a su alrededor, analizando tanto su vida como sus escritos. Pero aún más importante, revelaremos los mecanismos psicológicos y lingüísticos que permiten que textos vagos escritos hace cinco siglos sean interpretados una y otra vez como profecías precisas de eventos contemporáneos.

Profecías medievales. Imagen: Cartem Exclusive

La vida de Michel de Nostredame: Historia vs. Mito

Michel de Nostredame nació el 14 de diciembre de 1503 en Saint-Rémy-de-Provence, en el sur de Francia. Provenía de una familia originalmente judía que se había convertido al catolicismo décadas antes, un detalle biográfico importante para entender su posterior interés por diversas tradiciones místicas.

Su abuelo paterno, Pierre de Nostredame, había sido un próspero comerciante de granos que se convirtió al cristianismo alrededor de 1460, adoptando el apellido «Nostredame» (Nuestra Señora) como símbolo de su nueva fe. Este origen familiar mixto proporcionó a Michel acceso a diferentes tradiciones culturales e intelectuales.

Formación y carrera médica

Contrariamente a lo que suele afirmarse, la educación de Nostradamus no fue especialmente esotérica. Comenzó sus estudios en Aviñón, donde aprendió gramática, retórica, matemáticas y astronomía (que en aquella época incluía la astrología). Posteriormente ingresó en la Universidad de Montpellier para estudiar medicina, aunque algunos biógrafos señalan que fue expulsado por ejercer como boticario, una actividad manual considerada impropia para un médico en aquella época.

Durante las décadas de 1530 y 1540, Nostradamus trabajó como médico itinerante, tratando a víctimas de la peste bubónica que asolaba Francia. Su enfoque médico, aunque innovador para su época, estaba basado en principios de higiene básica, como la recomendación de aire fresco, agua limpia y ropa de cama limpia, más que en poderes extraordinarios o conocimientos ocultos.

El giro hacia la profecía

El punto de inflexión en la vida de Nostradamus llegó alrededor de 1550, cuando comenzó a publicar almanaques anuales con predicciones astrológicas. Estos almanaques eran un género popular en la época y contenían previsiones sobre el clima, las cosechas, enfermedades y eventos políticos generales.

El éxito de estos almanaques le animó a embarcarse en un proyecto más ambicioso: la redacción de las Centurias o Les Prophéties, una colección de versos proféticos publicados por primera vez en 1555. Es importante destacar que Nostradamus nunca afirmó poseer poderes sobrenaturales, sino que atribuía sus visiones a una combinación de intuición astrológica e inspiración divina, algo común entre los eruditos renacentistas.

Su fama creció considerablemente cuando Catalina de Médici, esposa del rey Enrique II de Francia, se interesó por sus predicciones y lo invitó a la corte para elaborar horóscopos para sus hijos. Este patronazgo real confirió a Nostradamus un estatus y una protección que le permitieron continuar con su trabajo sin temor a ser perseguido por herejía, en una época en que la línea entre ciencia, astrología y ocultismo era mucho más difusa que en la actualidad.

Los últimos años

En sus últimos años, Nostradamus sufría de gota, artritis e insuficiencia cardíaca. La gota eventualmente se convirtió en edema cardiopulmonar, que causaría su muerte el 2 de julio de 1566 en Salon-de-Provence, donde residía.

Su secretario, Jean de Chavigny, lo encontró muerto al amanecer, supuestamente tras haber predicho la noche anterior: «No me encontraréis vivo al amanecer». Esta anécdota, aunque probablemente apócrifa, ilustra cómo la mitificación de Nostradamus comenzó casi inmediatamente después de su muerte.

Libro de las Profecías de Nostradamus.
Libro de las Profecías de Nostradamus. Imagen: Colombia Check

Las Centurias: ¿Qué escribió realmente?

Las Centurias de Nostradamus, formalmente tituladas Les Prophéties, constituyen su obra más conocida y controvertida. Se trata de una colección de 942 cuartetas poéticas (no llegó a completar las 1000 que inicialmente proyectó), agrupadas en unidades de cien llamadas «centurias».

Estructura y estilo

Cada cuarteta está compuesta por cuatro versos que riman, escritos en un francés del siglo XVI mezclado con palabras en latín, griego, provenzal e italiano. El estilo deliberadamente críptico y ambiguo de estos textos ha sido tanto la fuente de su perenne fascinación como el principal argumento de sus críticos.

He aquí un ejemplo de una de sus cuartetas originales (Centuria I, Cuarteta 35):

Le lyon jeune le vieux surmontera,
En champ bellique par singulier duelle,
Dans cage d’or les yeux lui crevera,
Deux classes une, puis mourir, mort cruelle.

Que podría traducirse como:

El león joven al viejo vencerá,
En campo de batalla por singular duelo,
En jaula de oro los ojos le atravesará,
Dos heridas en una, luego morir, muerte cruel.

Esta cuarteta ha sido interpretada tradicionalmente como una predicción de la muerte del rey Enrique II de Francia, quien murió en 1559 tras ser herido en un torneo de justa por Gabriel Montgomery. Sin embargo, como veremos más adelante, esta interpretación retrospectiva presenta numerosos problemas.

Métodos de ocultación

Nostradamus afirmó en su carta dedicatoria al rey Enrique II que había deliberadamente oscurecido el significado de sus profecías por dos razones principales:

  1. Evitar persecuciones: En una época de intolerancia religiosa y caza de brujas, predecir abiertamente acontecimientos futuros podía ser peligroso.
  2. Proteger el conocimiento: Siguiendo una tradición hermética, Nostradamus creía que el conocimiento profundo debía estar velado para protegerlo de los no iniciados.

En sus propias palabras: «para conservar el secreto de estos acontecimientos, conviene… que el texto sea oscuro». Esta oscuridad deliberada resulta muy conveniente, pues permite que prácticamente cualquier interpretación pueda ser defendida.

Alcance geográfico y temporal

Un aspecto frecuentemente ignorado es que Nostradamus limitó explícitamente el alcance geográfico de sus profecías. En su carta al rey Enrique II, indicó que sus predicciones se referían a Europa, Norte de África y parte de Asia Menor, no al mundo entero. Este detalle es crucial, ya que muchas interpretaciones modernas pretenden aplicar sus cuartetas a eventos en lugares que Nostradamus nunca contempló, como América.

En cuanto al marco temporal, Nostradamus afirmó que sus profecías abarcaban desde su tiempo hasta el año 3797, una fecha tan lejana que prácticamente hacía imposible desmentir el conjunto de su obra en su totalidad.

Francia en el siglo XVI, la época en que vivió Michel de Notredame
Francia en el siglo XVI. Imagen: Stack Exchange

La anatomía de una «profecía» exitosa

Para entender por qué las profecías de Nostradamus parecen acertadas para muchos, es necesario analizar los mecanismos que permiten este fenómeno. Estos mecanismos no son exclusivos de Nostradamus, sino que son comunes a muchas formas de predicción vaga.

1. Ambigüedad deliberada

La característica más destacada de las cuartetas de Nostradamus es su deliberada ambigüedad. Sus versos utilizan un lenguaje poético, metafórico y simbólico que puede interpretarse de múltiples maneras. Esta vaguedad es la clave de su aparente éxito profético, ya que permite que casi cualquier evento pueda hacerse encajar en alguna de sus cuartetas mediante la interpretación adecuada.

Por ejemplo, términos como «bestia», «gran rey» o «ciudad nueva» pueden aplicarse a innumerables personas y lugares a lo largo de la historia.

2. Interpretación retrospectiva

La inmensa mayoría de las supuestas «predicciones acertadas» de Nostradamus son identificadas después de que los eventos hayan ocurrido, nunca antes. Este fenómeno, conocido como «precognición retroactiva», es fundamental para entender el mito de Nostradamus.

Los intérpretes buscan en el corpus de Nostradamus después de que ocurra un evento importante, seleccionan la cuarteta que más se asemeja al suceso, y luego destacan las similitudes mientras ignoran las discrepancias. Este método garantiza «aciertos» porque:

  • Hay casi 1000 cuartetas para elegir.
  • Cada cuarteta contiene múltiples elementos interpretables.
  • La barrera lingüística (francés antiguo, latín, etc.) permite traducciones creativas.
  • Se pueden ignorar las partes que no encajan.

3. Técnicas de manipulación textual

Los intérpretes de Nostradamus han desarrollado un impresionante arsenal de técnicas para hacer que los textos se ajusten a los eventos que desean asociar. Entre estas técnicas destacan:

  • Anagramas: Reordenar las letras de palabras clave para obtener otros significados.
  • Equivalencias fonéticas: Interpretar palabras por su sonido similar a otras.
  • Sustituciones simbólicas: Reemplazar términos por sus supuestos equivalentes simbólicos (por ejemplo, «águila» por «Estados Unidos»).
  • Manipulación de fechas: Interpretar números y fechas mediante operaciones aritméticas arbitrarias.
  • Traducciones selectivas: Elegir traducciones específicas entre varias posibles para favorecer la interpretación deseada.

Un ejemplo notable de estas manipulaciones es la famosa «predicción» de Hitler. La cuarteta III.35 menciona «Hister» (que en realidad era el nombre latino del bajo Danubio), que los intérpretes transformaron en «Hitler» después de la Segunda Guerra Mundial, ignorando que Nostradamus utilizaba términos geográficos de su época.

4. Sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación juega un papel crucial en la percepción de la precisión de Nostradamus. La mente humana tiende a recordar los aciertos y olvidar los fallos, creando una impresión distorsionada de precisión.

Cuando un intérprete encuentra una cuarteta que parece encajar con un evento histórico, esto se celebra como un «acierto» milagroso. Sin embargo, las miles de interpretaciones fallidas y predicciones que nunca se cumplieron son convenientemente olvidadas.

Caso de estudio: El 11 de septiembre de 2001

Uno de los ejemplos más recientes y notorios de este fenómeno fue la supuesta predicción de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Inmediatamente después de los ataques, circularon por internet supuestas cuartetas de Nostradamus que predecían el evento con asombrosa precisión.

Sin embargo, la cuarteta más citada («En la ciudad de Dios habrá un gran trueno…») resultó ser completamente falsa, una fabricación moderna que nunca escribió Nostradamus. Otras interpretaciones forzadas de cuartetas auténticas (como VI.97) requirieron manipulaciones extremas del texto original.

Lo más revelador es que ningún experto en Nostradamus había identificado estas cuartetas como relacionadas con Nueva York o con un ataque terrorista antes del 11-S. Esto demuestra el patrón habitual: la búsqueda retrospectiva de coincidencias, nunca predicciones verificables previas al evento.

Desmitificación de profecías
Desmitificación de profecías. Imagen: RTVE

Grandes fallos: Lo que Nostradamus no predijo

Mientras que los seguidores de Nostradamus destacan sus supuestos aciertos, rara vez mencionan sus numerosos fallos. Si Nostradamus realmente tuviera poderes proféticos, sería razonable esperar que hubiera predicho los eventos más significativos de la historia moderna, especialmente aquellos que afectaron a Europa, región que él mismo definió como foco de sus profecías.

Eventos históricos no predichos

Entre los grandes acontecimientos históricos que Nostradamus no predijo de manera identificable antes de que ocurrieran se incluyen:

  • La Revolución Francesa (1789-1799): Un evento transformador que ocurrió en su propio país.
  • La Revolución Industrial: El cambio más profundo en la forma de vida europea desde el Neolítico.
  • La Primera Guerra Mundial: El conflicto que redibujó el mapa de Europa.
  • La caída del muro de Berlín: Un evento decisivo que marcó el fin de la Guerra Fría.
  • Internet y la revolución digital: La transformación tecnológica más importante de la historia reciente.

Por supuesto, después de que estos eventos ocurrieran, los intérpretes encontraron cuartetas que, con la suficiente imaginación, podían relacionarse con ellos. Pero esto solo confirma el patrón de interpretación retrospectiva.

Predicciones fallidas explícitas

Más reveladores aún son los casos donde Nostradamus hizo predicciones específicas que simplemente no se cumplieron. Por ejemplo:

  1. La destrucción de París: Predijo que París sería completamente destruida en el siglo XX, algo que nunca ocurrió.
  2. El fin del mundo en 3797: Nostradamus situó el fin del mundo en esta fecha, pero colocó otros eventos después de ella, creando una contradicción interna.
  3. El «Gran Rey del Terror» de 1999: La cuarteta X.72 predecía que «El año 1999, siete meses, del cielo vendrá un gran Rey del Terror». Ningún evento catastrófico de esta magnitud ocurrió en julio de 1999.
  4. Guerras entre Inglaterra y Francia: Muchas cuartetas predicen conflictos continuos entre estas naciones que no han ocurrido en los últimos siglos.

Estos fallos demuestran que, lejos de ser infalible, Nostradamus estaba profundamente influenciado por las preocupaciones y expectativas de su propio tiempo, proyectándolas hacia el futuro.

La precisión estadística

Desde una perspectiva estadística, la precisión de Nostradamus no es mejor que el azar. Si consideramos el volumen de su obra (casi 1000 cuartetas con múltiples elementos interpretables) y la cantidad de eventos históricos significativos en cinco siglos, es estadísticamente inevitable que algunas coincidencias ocurran por puro azar.

Como señaló el historiador italiano Francesco Guicciardini, contemporáneo de Nostradamus: «¡Qué felices son los astrólogos! A ellos se les cree cuando dicen una verdad entre cien mentiras, mientras que otros pierden todo crédito si dicen una mentira entre cien verdades».

El fenómeno Nostradamus: Psicología de la creencia

La persistencia del mito de Nostradamus durante cinco siglos plantea una pregunta fascinante: ¿por qué seguimos creyendo en sus profecías a pesar de la evidencia en contra? La respuesta se encuentra en varios mecanismos psicológicos fundamentales.

Pareidolia y apofenia

La pareidolia es la tendencia humana a ver patrones reconocibles (como caras) en estímulos aleatorios o ambiguos. Un fenómeno relacionado, la apofenia, es la tendencia a percibir conexiones significativas entre fenómenos no relacionados.

Estos mecanismos cognitivos, que nos permiten reconocer rostros en las nubes o constelaciones en estrellas aleatorias, también nos predisponen a encontrar «predicciones» en textos vagos. Como explica el escritor científico Michael Shermer: «Desde los datos sensoriales que fluyen a través de los sentidos, el cerebro naturalmente comienza a buscar y encontrar patrones, y luego infunde esos patrones con significado».

Sesgo de confirmación

Como mencionamos anteriormente, el sesgo de confirmación nos lleva a buscar y recordar información que confirma nuestras creencias preexistentes. En el caso de Nostradamus, esto se manifiesta en:

  • Recordar los supuestos aciertos y olvidar los fallos.
  • Prestar atención a las partes de una cuarteta que coinciden con un evento e ignorar las discrepancias.
  • Buscar «predicciones» solo después de que los eventos hayan ocurrido.

Necesidad de control y significado

En tiempos de incertidumbre y crisis, la creencia en que alguien pudo predecir estos eventos proporciona una sensación de orden y significado. La idea de que el futuro es predecible —aunque sea por un único vidente— resulta más reconfortante que aceptar que vivimos en un mundo impredecible.

Como señala el escritor Colin Dickey: «La leyenda de Nostradamus persiste no porque queramos entender lo que está por venir, sino porque queremos creer —desesperadamente— que algún orden divino yace detrás de todo el caos».

Autoridad del pasado y lo exótico

La antigüedad de los textos de Nostradamus, su lenguaje arcaico y la mezcla de idiomas les confieren un aura de autoridad y misterio. Este fenómeno psicológico, donde lo antiguo y lo exótico se perciben como más auténtico o poderoso, es común en muchas formas de pensamiento mágico.

El papel de los medios de comunicación

Cada nueva crisis mundial trae consigo un resurgimiento del interés por Nostradamus. Los medios de comunicación, conscientes del atractivo de estas historias, amplían y perpetúan el mito al presentar interpretaciones selectivas como «asombrosos aciertos».

Documentales como «El efecto Nostradamus» del Canal Historia o numerosos libros sensacionalistas contribuyen a mantener viva la leyenda, frecuentemente a costa del rigor histórico y el análisis crítico.

Astrología histórica.
Astrología histórica. Imagen: National Geographic

Cómo identificar falsas profecías de Nostradamus

Con cada nueva crisis mundial, surgen en internet y redes sociales supuestas «profecías» de Nostradamus relacionadas con el evento. Muchas de estas son completamente falsas o gravemente distorsionadas. Aquí tienes algunas herramientas para identificarlas:

Señales de alerta

  1. Lenguaje moderno: Nostradamus escribió en francés del siglo XVI, con estructura y vocabulario muy diferentes al francés o español moderno. Si la «profecía» suena contemporánea, probablemente sea falsa.
  2. Referencias demasiado específicas: Menciones explícitas a lugares o tecnologías que no existían en el siglo XVI (como «Nueva York», «aviones», «rascacielos») son señal clara de fabricación.
  3. Ausencia de referencia exacta: Las verdaderas cuartetas de Nostradamus tienen una referencia precisa (por ejemplo, «Centuria I, Cuarteta 35»). Si la cita no la incluye, es sospechosa.
  4. Perfecta coincidencia: Paradójicamente, cuanto mejor coincida una «profecía» con un evento actual, más probable es que sea falsa o manipulada. Las verdaderas cuartetas de Nostradamus son vagamente poéticas, no descripciones precisas.

Herramientas para verificar

  1. Consultar fuentes originales: Existen varias ediciones académicas de las Centurias disponibles online que contienen los textos originales. Verifica si la cuarteta citada existe realmente.
  2. Buscar la versión en francés original: Si solo encuentras la «profecía» en español y no puedes hallar la versión original en francés, es probablemente falsa.
  3. Investigar interpretaciones previas: Las verdaderas cuartetas de Nostradamus han sido analizadas durante siglos. Si una cuarteta se «descubre» repentinamente relacionada con un evento actual, sin interpretaciones previas documentadas, es sospechoso.
  4. Utilizar el sentido común: Pregúntate: ¿Cómo podría un hombre del siglo XVI conocer estos términos o conceptos? ¿Es realista que predijera este evento específico entre millones de posibilidades?

Caso práctico: La pandemia de COVID-19

Durante la pandemia de COVID-19, circularon ampliamente supuestas profecías de Nostradamus sobre este evento. Una de las más populares fue:

«Habrá una plaga gemela de sangre y hambre,
Vendrá una bestia del oriente a occidente,
Que traerá enfermedad y muerte,
El año veinte-veinte señalará el comienzo de la década del llanto.»

Esta «cuarteta» es completamente falsa. No existe en ninguna edición auténtica de las Centurias, utiliza un lenguaje moderno, menciona específicamente el año 2020 (Nostradamus no utilizaba nuestro calendario actual en sus predicciones) y sigue una estructura que no coincide con las verdaderas cuartetas.

Otras interpretaciones forzadas de cuartetas auténticas requirieron manipular términos como «gran peste» (un término genérico que Nostradamus utilizaba frecuentemente) para hacerlos coincidir con la pandemia actual.

Conclusión: La persistencia del mito

Cinco siglos después de su muerte, Nostradamus sigue siendo una figura fascinante y controvertida. Su verdadero legado no reside en su capacidad profética (que la evidencia sugiere fue inexistente), sino en el fenómeno cultural que ha generado.

El mito de Nostradamus revela mucho sobre la psicología humana, nuestra necesidad de encontrar orden en el caos y nuestra tendencia a buscar patrones incluso donde no existen. También ilustra cómo los mecanismos de la creencia pueden persistir incluso frente a evidencia contradictoria.

El verdadero Michel de Nostredame fue un hombre de su tiempo: un médico renacentista que, como muchos de sus contemporáneos, se interesó por la astrología y las artes ocultas. Su obra fue producto de su época, no de poderes sobrenaturales.

Sus cuartetas, deliberadamente ambiguas y poéticas, han sobrevivido no por su precisión profética, sino por su capacidad para ser reinterpretadas constantemente. Como espejos textuales, reflejan nuestros propios miedos, esperanzas y preocupaciones, permitiendo que cada generación encuentre en ellas lo que busca.

¿Significa esto que debemos descartar completamente a Nostradamus? No necesariamente. Su obra sigue siendo un documento histórico fascinante que nos ayuda a comprender la mentalidad de su época. Como artefacto cultural, las Centurias merecen ser estudiadas y apreciadas.

Pero para aquellos que buscan verdaderas predicciones del futuro, la evidencia es clara: Nostradamus no ofrece más precisión que cualquier texto poético suficientemente vago. El futuro sigue siendo, como siempre ha sido, fundamentalmente impredecible.

Y quizás sea mejor así. Como escribió el poeta Rainer Maria Rilke: «El futuro entra en nosotros para transformarse en nosotros mucho antes de que acontezca». En lugar de buscar profecías del pasado, quizás deberíamos centrarnos en crear el futuro que deseamos.

Referencias bibliográficas

  1. Lemesurier, Peter. (2003). The Nostradamus Encyclopedia. St. Martin’s Press. https://www.amazon.com/Nostradamus-Encyclopedia-Definitive-Reference-Guide/dp/0312199945
  2. Randi, James. (1993). The Mask of Nostradamus: The Prophecies of the World’s Most Famous Seer. Prometheus Books. https://www.amazon.com/Mask-Nostradamus-Prophecies-Worlds-Famous/dp/0879758309
  3. Gruber, Elmar R. (2003). Nostradamus: Su vida, sus profecías. Editorial EDAF. https://www.casadellibro.com/libro-nostradamus-su-vida-sus-profecias/9788441412828/895650
  4. Wilson, Ian. (2007). Nostradamus: The Evidence. Orion Publishing. https://www.amazon.com/Nostradamus-Evidence-Ian-Wilson/dp/0752893920
  5. Leoni, Edgar. (2000). Nostradamus and His Prophecies. Dover Publications. https://www.amazon.com/Nostradamus-His-Prophecies-Dover-Occult/dp/048641468X
  6. Shermer, Michael. (2011). The Believing Brain. Times Books. https://www.amazon.com/Believing-Brain-Conspiracies-How-Construct-Reinforce/dp/0805091254
  7. Dickey, Colin. (2020). «Quack Prophet». Lapham’s Quarterly. https://www.laphamsquarterly.org/future/quack-prophet
  8. Biblioteca Nacional de España. (2016). Nostradamus y sus profecías: 450 años de controversia. Catálogo de la exposición. http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Nostradamus/
  9. Chevignard, Bernard. (1999). Présages de Nostradamus. Éditions du Seuil. https://www.amazon.fr/Pr%C3%A9sages-Nostradamus-Bernard-Chevignard/dp/2020231506
  10. Brind’Amour, Pierre. (1993). Nostradamus Astrophile. Presses de l’Université d’Ottawa. https://www.amazon.fr/Nostradamus-astrophile-astrologie-XVIe-si%C3%A8cle/dp/2760303136

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