Los atentados del 11 de septiembre de 2001 representan uno de los acontecimientos más impactantes y transformadores de la historia contemporánea. Aquel martes, el mundo fue testigo del secuestro de cuatro aviones comerciales que culminaron con el impacto de dos de ellos contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, un tercero contra el Pentágono en Virginia, y el cuarto estrellado en un campo de Pensilvania tras la intervención de los pasajeros.
Estos ataques, que causaron casi 3.000 víctimas mortales, no solo transformaron el panorama geopolítico mundial, sino que también dieron origen a innumerables teorías alternativas que cuestionan la versión oficial de los hechos. Desde entonces, un amplio ecosistema de teorías conspirativas ha florecido en torno a este trágico suceso, alimentado por las dudas, el escepticismo y, en ocasiones, por interpretaciones sesgadas de la evidencia disponible.
Como investigador especializado en el análisis crítico de fenomenos extraordinarios y narrativas alternativas, me propongo examinar con rigor las principales teorías conspirativas que han surgido en torno al 11-S, contrastándolas con la evidencia científica, los informes oficiales y los testimonios de expertos independientes. El objetivo no es otro que separar los hechos de la ficción, explorando por qué algunas teorías han ganado tanta popularidad a pesar de carecer de respaldo empírico.
Es importante señalar que este análisis no pretende menospreciar a quienes cuestionan la versión oficial, sino ofrecer un marco de referencia basado en la evidencia que permita a los lectores formarse una opinión informada sobre uno de los acontecimientos más estudiados y documentados de nuestra era.
Contexto histórico y versión oficial
Cronología de los atentados
La mañana del 11 de septiembre de 2001, diecinueve terroristas vinculados a la organización Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses. La secuencia de eventos, según los informes oficiales, fue la siguiente:
- 8:46 a.m. – El vuelo 11 de American Airlines impacta contra la Torre Norte del World Trade Center.
- 9:03 a.m. – El vuelo 175 de United Airlines colisiona contra la Torre Sur.
- 9:37 a.m. – El vuelo 77 de American Airlines se estrella contra el Pentágono.
- 9:59 a.m. – La Torre Sur se derrumba.
- 10:03 a.m. – El vuelo 93 de United Airlines se estrella en un campo de Shanksville, Pensilvania, tras un intento de los pasajeros por recuperar el control.
- 10:28 a.m. – La Torre Norte colapsa.
Investigación oficial y conclusiones
Tras los atentados, se pusieron en marcha varias investigaciones gubernamentales, siendo la más destacada la llevada a cabo por la Comisión Nacional sobre los Ataques Terroristas contra Estados Unidos, comunmente conocida como la Comisión del 11-S. Después de más de dos años de trabajo, entrevistas a más de 1.200 personas y la revisión de millones de páginas de documentos, la Comisión publicó su informe en julio de 2004.
Las conclusiones principales del informe oficial establecieron que:
- Los ataques fueron planeados y ejecutados por miembros de Al Qaeda, bajo la dirección de Osama bin Laden.
- Existieron fallos significativos en los sistemas de inteligencia y seguridad estadounidenses que no permitieron prevenir los ataques.
- No se encontró evidencia de colaboración directa entre el gobierno de Irak y Al Qaeda en relación con los atentados.
- El colapso de las Torres Gemelas se debió al impacto de los aviones y los incendios posteriores, que debilitaron la estructura de los edificios.
Paralelamente, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) realizó una exhaustiva investigación técnica sobre el colapso de las torres, concluyendo que la combinación del impacto y los incendios causó daños estructurales irreparables que llevaron al derrumbe progresivo de ambas torres.

Principales teorías conspirativas del 11-S
La teoría de la demolición controlada
Sin duda, la teoría conspirativa más prominente sobre el 11-S es la que sugiere que las Torres Gemelas y el Edificio 7 del World Trade Center no colapsaron debido al impacto de los aviones y los incendios subsiguientes, sino que fueron derribados mediante explosivos colocados previamente en una operación de demolición controlada.
Argumentos de los defensores de esta teoría
Los defensores de esta teoría basan sus afirmaciones en varios puntos:
- La velocidad del colapso: Sostienen que las torres cayeron a una velocidad cercana a la caída libre, lo que según ellos solo sería posible si se hubiera eliminado toda resistencia estructural mediante explosivos.
- El colapso simétrico: Argumentan que la forma en que las torres se derrumbaron, cayendo sobre su propia huella, es característica de las demoliciones controladas y sería imposible en un colapso natural.
- La presencia de nano-termita: Algunos investigadores, como el químico Niels Harrit, han afirmado haber encontrado residuos de nano-termita (un material explosivo avanzado) en muestras de polvo del World Trade Center.
- El caso del Edificio 7: Especial atención recibe el colapso del WTC 7, un edificio de 47 pisos que se derrumbó a las 5:20 p.m. del mismo día sin haber sido impactado por ningún avión, aunque sí sufrió daños por escombros y desarrolló incendios en múltiples plantas.
- Los testimonios de testigos que afirman haber escuchado explosiones antes y durante el colapso de las torres.
Análisis crítico de la teoría
Desde la perspectiva científica y técnica, esta teoría presenta numerosos problemas:
- Los estudios del NIST y otros organismos independientes determinaron que el colapso no ocurrió a velocidad de caída libre, salvo en breves momentos. La aceleración observada es consistente con el colapso progresivo causado por el fallo de plantas superiores que impactan sobre las inferiores.
- Las torres no colapsaron de forma perfectamente simétrica como se suele afirmar. Existen numerosos videos que muestran cómo los escombros cayeron en diferentes direcciones, afectando a edificios cercanos.
- Los análisis independientes de muestras de polvo no han podido replicar los hallazgos de nano-termita. Además, los elementos químicos identificados son compatibles con materiales de construcción comunes.
- Respecto al Edificio 7, el NIST concluyó que su colapso se debió a incendios sin control durante aproximadamente 7 horas, que debilitaron una columna de soporte crítica, iniciando un fallo estructural en cadena.
- La logística imposible: Colocar explosivos suficientes para demoler tres rascacielos habría requerido semanas de trabajo, involucrando a cientos de personas y generando una actividad imposible de ocultar en edificios con miles de ocupantes diarios.
Teoría de los «no-aviones» o «hologramas»
Una de las teorías más extremas sugiere que no fueron aviones comerciales los que impactaron contra las torres, sino que se utilizaron misiles disfrazados con tecnología holográfica o efectos especiales en las transmisiones televisivas para simular el impacto de los aviones.
Argumentos principales
Los defensores de esta teoría se basan en:
- Supuestas anomalías visuales en los videos del impacto, como la forma en que los aviones penetran las torres.
- La afirmación de que un avión comercial de aluminio no podría atravesar las columnas de acero de las torres.
- Testimonios aislados de personas que dicen no haber visto aviones.
Refutación
Esta teoría ignora una abrumadora cantidad de evidencia contraria:
- Miles de testigos presenciales vieron los aviones, incluyendo residentes, turistas, trabajadores y equipos de noticias que grabaron el segundo impacto en directo.
- Existen cientos de videos y fotografías tomados desde múltiples ángulos por personas independientes que muestran claramente los aviones.
- Los restos de los aviones fueron recuperados, incluyendo partes del fuselaje, motores y efectos personales de los pasajeros.
- Los registros de radar y las grabaciones de control de tráfico aéreo documentan el recorrido de los aviones.
- La física del impacto ha sido explicada detalladamente: a la velocidad a la que viajaban (aproximadamente 800 km/h), incluso estructuras de aluminio pueden penetrar acero, especialmente considerando que la energía cinética es proporcional al cuadrado de la velocidad.
Teoría de la participación gubernamental
Otra categoría importante de teorías conspirativas sugiere que elementos dentro del gobierno estadounidense estuvieron implicados en la planificación o ejecución de los ataques, o al menos permitieron que ocurrieran a sabiendas.
La hipótesis LIHOP y MIHOP
Estas teorías se dividen generalmente en dos categorías:
- LIHOP (Let It Happen On Purpose): Sugiere que autoridades estadounidenses conocían los planes terroristas pero deliberadamente no actuaron para impedirlos, buscando una justificación para políticas posteriores como la guerra en Oriente Medio.
- MIHOP (Made It Happen On Purpose): Propone que elementos del gobierno estadounidense planificaron y ejecutaron activamente los ataques bajo una «operación de falsa bandera».
Supuestos indicios
Los defensores de estas teorías citan como evidencia:
- Ejercicios militares coincidentes: El día de los ataques se realizaban simulacros de defensa aérea que supuestamente causaron confusión.
- Transacciones bursátiles sospechosas: Un inusual volumen de operaciones de venta corta sobre acciones de aerolíneas justo antes de los ataques.
- La rápida destrucción de evidencia: La remoción acelerada de escombros del World Trade Center sin permitir investigaciones forenses completas.
- Motivaciones geopolíticas: Los ataques proporcionaron justificación para las guerras en Afganistán e Irak, beneficiando a la industria armamentística y energética.
- El documento PNAC (Project for the New American Century), donde supuestamente se mencionaba la necesidad de un «nuevo Pearl Harbor» para justificar la expansión militar estadounidense.
Análisis crítico
Estas teorías presentan problemas significativos cuando se analizan en profundidad:
- La supuesta conspiración gubernamental habría requerido la participación de cientos o miles de personas pertenecientes a múltiples agencias, sin que ninguna haya revelado información concluyente en más de dos décadas.
- Los ejercicios militares coincidentes, aunque efectivamente causaron cierta confusión inicial, están documentados como prácticas habituales y su programación fue anterior a los planes de ataque.
- Las investigaciones sobre operaciones bursátiles realizadas por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y el FBI no encontraron evidencia de que quienes realizaron esas transacciones tuvieran conocimiento previo de los ataques.
- Aunque la remoción de escombros fue relativamente rápida, se documentaron extensamente y se preservaron numerosas muestras para análisis.
- La cita del «nuevo Pearl Harbor» del documento PNAC ha sido sacada de contexto; el documento completo se refiere a la necesidad de modernización militar, no sugiere crear un falso ataque.

El Pentágono y el vuelo 93
Teorías sobre el ataque al Pentágono
El impacto del vuelo 77 de American Airlines contra el Pentágono ha generado sus propias teorías conspirativas, centradas principalmente en la idea de que no fue un avión comercial lo que impactó contra el edificio, sino un misil o una aeronave militar más pequeña.
Argumentos de los «escépticos»
Los principales argumentos son:
- El tamaño del agujero en la fachada del Pentágono era demasiado pequeño para haber sido causado por un Boeing 757.
- La ausencia de grandes piezas reconocibles del avión en las fotografías iniciales del lugar.
- La supuesta imposibilidad de la maniobra realizada por el piloto terrorista, considerada demasiado compleja para alguien con limitada experiencia de vuelo.
- La existencia de cámaras de seguridad cuyas grabaciones nunca se han hecho públicas en su totalidad.
Evidencia contraria
La evidencia que contradice estas teorías es sustancial:
- El impacto inicial creó una apertura de aproximadamente 23 metros de ancho, consistente con el ancho del fuselaje y las alas interiores del avión. El resto de la estructura se desintegró debido a la energía cinética del impacto.
- Se recuperaron restos identificables del avión, incluyendo partes del fuselaje, la caja negra y restos humanos que permitieron identificar mediante ADN a las víctimas.
- Más de 136 testigos presenciales informaron haber visto un avión comercial aproximándose al Pentágono.
- Los datos del radar y las comunicaciones de control de tráfico aéreo rastrearon claramente el vuelo 77 hasta el Pentágono.
- La maniobra de vuelo, aunque ciertamente difícil, ha sido analizada por pilotos profesionales y considerada posible, especialmente para alguien con entrenamiento básico en simuladores.
El vuelo 93 y las teorías alternativas
El vuelo 93 de United Airlines, que se estrelló en Shanksville, Pensilvania, también ha sido objeto de especulación, con teorías que sugieren que fue derribado por cazas militares estadounidenses.
Argumentos principales
Quienes defienden esta teoría señalan:
- La dispersión de restos en un área relativamente amplia, que consideran consistente con un derribo en el aire.
- Testimonios de residentes locales que afirman haber visto cazas militares en la zona.
- La existencia de órdenes de interceptación y posible derribo emitidas por las autoridades militares ese día.
La evidencia científica
Sin embargo, la investigación forense y los datos técnicos indican:
- El patrón de distribución de escombros es consistente con un impacto a alta velocidad y no con una explosión en el aire.
- La grabación de la caja negra y las llamadas telefónicas desde el avión documentan claramente el intento de los pasajeros por retomar el control y la lucha en la cabina.
- Los análisis de radar no muestran ningún avión militar cerca del vuelo 93 en el momento del accidente.
- El cráter de impacto y la forma en que los restos se incrustaron en el suelo son consistentes con un avión que se estrella en un ángulo pronunciado a alta velocidad.
El Edificio 7 y las «anomalías» estructurales
El colapso del WTC 7
El derrumbe del Edificio 7 del World Trade Center (WTC 7) ha sido quizás el aspecto más discutido por los teóricos de la conspiración, principalmente porque este edificio de 47 plantas colapsó completamente a las 5:20 p.m. del 11 de septiembre sin haber sido impactado por ningún avión.
Los argumentos conspiratorios
Los defensores de la teoría de la demolición controlada señalan:
- El edificio colapsó de manera aparentemente simétrica y a velocidad de caída libre durante parte de su derrumbe.
- Los incendios de oficina convencionales no deberían causar el colapso completo de un rascacielos con estructura de acero.
- La predicción del colapso: Algunos medios de comunicación informaron sobre el derrumbe del edificio antes de que ocurriera, sugeriendo un guión preestablecido.
- Las declaraciones del propietario del edificio, Larry Silverstein, quien usó la expresión «pull it» (derribarlo) en una entrevista, interpretada por algunos como una admisión de demolición controlada.
Explicación científica
Los estudios científicos, particularmente el informe final del NIST publicado en 2008, ofrecen una explicación completa:
- El edificio sufrió daños estructurales significativos debido a escombros de las Torres Gemelas.
- Los sistemas contra incendios quedaron inutilizados, permitiendo que los fuegos ardieran sin control durante aproximadamente 7 horas.
- El calor de los incendios causó la expansión térmica de las vigas de acero, que empujaron una columna crítica (la número 79) fuera de su posición.
- Este fallo inicial desencadenó un colapso progresivo de la estructura interna del edificio antes de que la fachada exterior comenzara a caer.
- La fase de «caída libre» duró aproximadamente 2,25 segundos de los 18 segundos totales del colapso, y ocurrió cuando la estructura interna ya había fallado.
- Los informes prematuros en medios se debieron a errores periodísticos en una situación caótica, fenómeno común en coberturas de crisis.
- La frase «pull it» de Silverstein, en el contexto completo de la entrevista, se refería a retirar al cuerpo de bomberos del edificio, no a una demolición.
Fallos estructurales y dinámica del colapso de las Torres Gemelas
Argumentos sobre «imposibilidades físicas»
Los críticos de la versión oficial cuestionan:
- Cómo el incendio de combustible de avión pudo debilitar suficientemente el acero estructural cuando supuestamente «el keroseno no arde a temperaturas suficientes para fundir acero».
- La rapidez y totalidad del colapso, argumentando que debería haberse detenido o ralentizado significativamente al encontrar resistencia de las plantas inferiores intactas.
- La pulverización de concreto y otros materiales, que consideran imposible sin explosivos.
Explicación ingenieril
Los ingenieros estructurales y expertos en materiales han explicado estos fenómenos:
- No era necesario que el acero se fundiera, solo que se debilitara. El acero pierde aproximadamente el 50% de su resistencia a temperaturas de 600°C, fácilmente alcanzables en los incendios que siguieron al impacto.
- Los impactos iniciales destruyeron múltiples columnas de soporte y eliminaron el aislamiento térmico de otras, haciéndolas más vulnerables al calor.
- El diseño tubular de las torres, con la mayoría de soporte estructural en el perímetro y el núcleo central, creó una situación donde, una vez que las plantas superiores comenzaron a caer, generaron una energía cinética imposible de detener por las estructuras inferiores.
- El fenómeno de aplastamiento progresivo explica por qué el colapso, una vez iniciado, continuó hasta la base. Cada piso añadía mas masa y energía al frente de colapso.
- La pulverización de materiales es consistente con la enorme energía liberada durante un colapso de esta magnitud y no requiere explosivos adicionales.
Contexto social y psicológico de las teorías conspirativas del 11-S
Factores psicológicos que impulsan la creencia en conspiraciones
El surgimiento y la persistencia de las teorías conspirativas sobre el 11-S pueden entenderse a través de varios factores psicológicos bien documentados:
- Proporcionalidad: Existe una tendencia humana a buscar explicaciones proporcionales a la magnitud de los eventos. Un acontecimiento tan monumentalmente trágico como el 11-S parece «merecer» una explicación igualmente monumental (una conspiración gubernamental) más que una causa relativamente «simple» (un grupo terrorista).
- Control y predictibilidad: Las teorías conspirativas ofrecen un sentido de orden en un mundo caótico. Es psicológicamente más reconfortante creer que eventos terribles son orquestados por fuerzas poderosas que aceptar que pueden ocurrir por causas relativamente aleatorias o impredecibles.
- Patrones y agencia: El cerebro humano está evolutivamente programado para detectar patrones y atribuir intencionalidad, a veces viendo correlaciones donde solo hay coincidencias y atribuyendo a la acción humana deliberada lo que puede explicarse por otras causas.
- Desconfianza institucional: En un contexto de creciente escepticismo hacia gobiernos e instituciones, las narrativas que cuestionan las versiones oficiales encuentran terreno fértil.
Contexto político y mediático
El ambiente político posterior al 11-S contribuyó significativamente a la proliferación de teorías alternativas:
- Las justificaciones controvertidas para la Guerra de Irak, particularmente las afirmaciones posteriormente desacreditadas sobre armas de destrucción masiva, generaron escepticismo retroactivo sobre otras afirmaciones gubernamentales.
- La opacidad inicial de algunas investigaciones y la clasificación de ciertos documentos alimentaron sospechas de encubrimiento.
- El clima de miedo y la retórica del «con nosotros o contra nosotros» que dominó el discurso político dificultó el cuestionamiento razonable de la narrativa oficial sin ser etiquetado como antipatriótico.
- La rapidez de Internet como medio de difusión democratizó la información pero también permitió la proliferación de contenido sin verificar, creando cámaras de eco donde las teorías alternativas podían desarrollarse sin confrontar evidencia contradictoria.
Impacto cultural y social
Las teorías conspirativas sobre el 11-S han tenido un impacto duradero en la cultura y sociedad:
- Han influido en la cultura popular, apareciendo en películas, programas de televisión, música y literatura.
- Han contribuido a una polarización política más amplia, donde diferentes grupos perciben realidades fundamentalmente distintas.
- Han servido como puerta de entrada hacia otras creencias conspirativas, creando comunidades enteras de «investigadores» amateur que cuestionan sistemáticamente las narrativas oficiales sobre diversos acontecimientos.
- Han generado un cambio en el periodismo y la comunicación institucional, con mayor énfasis en la transparencia y la necesidad de abordar activamente la desinformación.

Análisis del papel de los medios y la desinformación
La evolución de las teorías conspirativas en la era digital
El caso del 11-S representa un punto de inflexión en la historia de las teorías conspirativas, coincidiendo con la expansión de Internet como medio masivo:
- Mientras que teorías conspirativas anteriores (como las relacionadas con el asesinato de Kennedy) tardaron años en desarrollarse y difundirse, las del 11-S comenzaron a circular practicamente de inmediato.
- La democratización de la producción de contenidos permitió que cualquier persona con conexión a Internet pudiera analizar videos, fotos y documentos, ofreciendo sus propias interpretaciones sin el filtro de expertos o medios tradicionales.
- El formato de documental independiente se popularizó enormemente, con producciones como «Loose Change» (2005), que alcanzaron audiencias masivas sin pasar por los canales de distribución convencionales.
- Las redes sociales posteriormente amplificaron este fenómeno, creando burbujas informativas donde las teorías más extremas podían normalizarse dentro de comunidades cerradas.
Características de la desinformación sobre el 11-S
Las narrativas alternativas sobre el 11-S comparten características comunes con otros fenómenos de desinformación:
- Selección sesgada de evidencia: Enfocarse en detalles aislados que parecen anomalías mientras se ignora el conjunto de la evidencia.
- Falsa experticia: Presentar como autoridades a personas con credenciales en campos no relevantes para el tema específico que analizan.
- Falsas equivalencias: Equiparar opiniones marginales con el consenso de expertos, presentándolas como «dos lados del debate» con igual legitimidad.
- Desplazamiento de la carga de la prueba: Exigir que la versión oficial «demuestre» que cada teoría alternativa es falsa, en lugar de que los proponentes de las teorías aporten evidencia positiva.
- Preguntas retóricas encadenadas: Presentar una serie de preguntas supuestamente sin respuesta como evidencia, cuando en realidad muchas tienen explicaciones documentadas.
Conclusiones: Separando hechos de ficción
El consenso científico y su significado
Tras más de dos décadas de investigación por parte de científicos, ingenieros y expertos forenses de todo el mundo, existe un sólido consenso científico sobre los aspectos técnicos de los atentados del 11-S:
- Los estudios estructurales de múltiples universidades e instituciones independientes concuerdan en que el colapso de los edificios se explica adecuadamente por el impacto de los aviones, los incendios resultantes y la física básica.
- Las investigaciones forenses han identificado restos humanos y de los aviones mediante técnicas científicas establecidas, confirmando la identidad tanto de las víctimas como de los perpetradores.
- Los análisis de materiales no han encontrado evidencia creíble de explosivos o termita en los escombros.
Este consenso no surge de una imposición gubernamental, sino de la convergencia de investigadores independientes utilizando métodos científicos transparentes y replicables.
El valor del escepticismo constructivo
Es importante distinguir entre el escepticismo constructivo —necesario para el avance del conocimiento— y la negación sistemática de evidencia:
- El cuestionamiento de la versión oficial en los primeros días tras los atentados era comprensible y hasta necesario para asegurar una investigación completa.
- Algunas críticas iniciales a aspectos de la respuesta gubernamental (como la rapidez en la remoción de escombros o ciertos fallos de inteligencia) contribuyeron a mejorar las investigaciones posteriores.
- Sin embargo, persistir en teorías refutadas repetidamente por evidencia empírica no constituye escepticismo científico sino una postura ideológica.
- El verdadero pensamiento crítico requiere estar dispuesto a revisar las propias creencias cuando la evidencia lo demanda.
Reflexiones finales
Los atentados del 11 de septiembre representan una herida profunda en la conciencia colectiva, y el surgimiento de narrativas alternativas puede entenderse como un intento de procesar un trauma de escala nacional e internacional.
Sin embargo, el respeto a las víctimas y a la verdad histórica exige un compromiso con la evidencia y el análisis riguroso. Las teorías conspirativas, aunque emocionalmente satisfactorias para algunos, desvían la atención de lecciones importantes sobre seguridad, arquitectura, respuesta a emergencias y diplomacia internacional que deberían extraerse de esta tragedia.
La verdadera «conspiración» del 11-S no fue una operación gubernamental secreta, sino la confluencia de múltiples fallos institucionales, decisiones geopolíticas cuestionables en décadas anteriores, y la determinación de un grupo terrorista de explotar vulnerabilidades en sistemas abiertos. Estas son lecciones complejas pero fundamentadas en la realidad, que merecen nuestra atención más que especulaciones sin respaldo empírico.
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